La buena comunicación
(es decir, el escuchar con atención) es fundamental para el éxito de cualquier
relación, tanto personal como profesional. Escuchar activamente es una
habilidad importante que cualquier persona, independientemente del campo o la
industria, puede desarrollar
La escucha activa
implica no solo escuchar, sino también comprender lo que el hablante está
comunicando más allá de las palabras que la otra persona use. A través del uso
de la escucha activa, una persona puede obtener mejores conocimientos y
comprensión del punto de vista, los pensamientos y los sentimientos de la otra
persona.
Por eso, el resultado
de escuchar atentamente puede influir positivamente en las futuras relaciones
interpersonales, aumentando así drásticamente las posibilidades de que esa
relación sea exitosa.
El proceso de escucha
activa requiere que el oyente maximice su enfoque y concentración en el
hablante, es decir, que se activen la técnicas de escucha profunda, como no
juzgar, no criticar, establecer contacto visual, inclinarse hacia adelante,
expresar empatía y dar retroalimentación.
A través de estos enfoques,
la escucha activa se puede utilizar para establecer conexiones significativas
con nuevas personas, fortalecer las relaciones con las personas que ya conocemos
y cultivar interacciones positivas en cada encuentro con otros debido a que se
crea un ambiente de confianza, respeto y comprensión.
Además de profundizar
las relaciones y conexiones con las personas, la escucha activa también tiene
el potencial de mejorar las capacidades de uno mismo en términos de
autoexpresión, comprensión y sabiduría.
En otras palabras,
escuchar activamente requiere que uno sea consciente de uno mismo en el momento
de escuchar. Por eso, la escucha activa mejora la autoconciencia y permite obtener
una gran cantidad de conocimientos que de otro modo no habrían sido posibles.
Además, ser capaz de comprender a las personas e impulsar conversaciones
productivas puede conducir a una toma de decisiones más eficaz en el presente y,
como consecuencia, a un futuro mejor.
Por ejemplo, si un
profesional está tratando de comprender a un posible socio comercial, cliente o
mentor, la escucha activa puede ayudar a fomentar la apreciación y la
comprensión de las ideas, lo que puede traducirse en resultados exitosos.
Del mismo modo, una
persona puede usar la escucha activa cuando busca oportunidades de trabajo o se
entrevista para un trabajo. Es probable que los empleadores queden
impresionados con la capacidad de un solicitante para escuchar y comprender, ya
que de ese modo se demuestra un aprecio por la empresa y el puesto que está
solicitando.
En definitiva, la
escucha activa es una herramienta indispensable para el éxito de cada individuo
para mejorar las relaciones interpersonales, construir puentes dinámicos, crear
confianza y, ¿por qué no?, abrir muchas puertas para posibles empleos,
capacitación y redes de contactos.
En pocas palabras, escuchar
no sólo con la mente, sino también con el corazón (y el espíritu), no para descargar
información o ganar un argumento, puede formar una base sólida para construir
un futuro que no sea ni continuidad del pasado ni perpetuación del presente.