El futuro es un concepto que ha cautivado la imaginación de muchas personas a lo largo de la historia de la humanidad. Por eso, las personas a menudo (de hecho, casi constantemente) contemplan lo que depara el futuro y cómo pueden darle forma. Sin embargo, ¿qué pasaría si las personas dejaran de considerar el futuro y se concentrara únicamente en el presente?
Ante todo, sin una mirada al futuro, el progreso de la sociedad se vería obstaculizado. Muchas personas se esfuerzan por hacer que el futuro sea mejor que el presente, ya sea que eso significa crear una sociedad más equitativa, desarrollar nuevas tecnologías o abordar problemas ambientales.
Pero sin reflexiones periódicas sobre el futuro y acciones destinadas a configurar un futuro que no sea sólo perpetuación del presente, sería difícil para la sociedad avanzar. En lugar de luchar por un mañana mejor, las personas simplemente se contentarían con el statu quo, lo que llevaría al estancamiento y una disminución de la calidad de vida con el tiempo.
Además, la infraestructura de nuestro mundo moderno sufriría sin planes detallados para mantenerla. Los edificios, las carreteras y los puentes requieren un mantenimiento regular para seguir funcionando, y si ese trabajo no se realiza, su integridad eventualmente se degradará hasta el punto de ser inutilizable.
Estas estructuras no son baratas de construir y reparar, por lo que sin ningún tipo de mantenimiento, su costo se vería agravado por la falta de infraestructura funcional en el futuro. Sin mantenimiento, la naturaleza reclamaría su territorio, como se ve en el caso de las civilizaciones antiguas e incluso en construcciones más recientes.
Desde otra perspectiva, social y culturalmente, la falta de pensamiento futuro también tendría un gran impacto. Para muchas personas, el futuro representa esperanza, ya sea la promesa de una mejor carrera o la búsqueda de los sueños de toda la vida, o incluso una transformación total de su existencia, sea en este o en otro plano de existencia.
Sin la capacidad de visualizar un futuro mejor, las personas pueden sentirse más resignadas con el presente, lo que lleva a una disminución de la motivación y una visión del mundo más pesimista. Esa actitud fatalista sólo sirve para repetir el pasado, porque no deja lugar a la creatividad ni energía para el cambio.
Sin personas que consideren activamente lo que puede traer el futuro y se dediquen a construir ese futuro. gran parte del progreso que se ha logrado a lo largo de la historia se perdería. La gente estaría cómodamente atrapada en el presente, incapaz de avanzar hacia un mañana mejor. En el mejor de los casos, sería una jaula de oro. En el peor, una pesadilla sin fin.
Sin futuro, el progreso social y cultural se reduciría significativamente, lo que conduciría a una disminución en la calidad de vida promedio. El futuro es una parte crucial del progreso y si la gente dejara de pensar en él, sin duda las cosas estarían peor, tanto ahora como en el futuro.